Ni anticuado ni cursi. Llévalos de esta nueva forma y dale un twist a tu look.
Primero lo primero, hablemos de historia. La palabra corsage es de origen francés y se utilizaba para describir el nombre de una prenda usada por las damas de la corte francesa, y con el tiempo se empezó a utilizar para hacer referencia a un pequeño ramillete o bouquet de flores y plantas aromáticas que las damas solían portar en la mano para esconder los malos olores en aquella época.
Hoy en día lo podemos usar prendido a la solapa de un blazer o vestido o aún como brazalete en la muñeca. Incluso, se pueden colocar alrededor de una botella de vino, sobre una caja de chocolates o cualquier otro regalo, lo que los convierte en una pieza bastante versátil, ideal para darle un toque extra a cualquier look o regalo.
Y como el mundo de la moda está en constante cambio, hoy, si de corsages estamos hablando nos inclinamos por flores miniatura. Ya sean rosas pequeñas, orquídeas o claveles, cualquiera se puede acompañar de un pequeño toque de gypsophila, mirto, ensueño o cualquier otra flor o follaje decorativo.
Y si lo que buscas es algo aún más natural, te proponemos una pieza utilizando flores silvestres, será todo lo contrario a lo extravagante pero aún así, le dará un toque de elegancia a cualquier ocasión.